las bibliotecas nacionales y los servicios para discapacitados

miércoles, 25 de noviembre de 2009


involucradas las propias personas discapacitadas, con el objeto de insertarlos en todos los ámbitos de sus respectivas sociedades8.
Al parecer, la pobreza y subdesarrollo de ciertas naciones lleva consigo la mayor carga de discapacitados, pues Hegarty9 señala que para 1994, aproximadamente el 80% de los 200 millones de niños en el mundo, sufren alguna discapacidad y, menos del 2% de ellos reciben algún tipo de servicios especiales. Esta condición se ve agravada por las guerras y devastaciones que han dejado un costo social, económico y moral muy alto, tanto para los discapacitados, como para la sociedad que les rodea.
Las Naciones Unidas10 por su parte reporta que existen cerca de 500 millones de per-sonas que padecen alguna discapacidad en el mundo, esto es, un 10% de la población global y de estos, casi las dos terceras partes viven en países en desarrollo. En algunas de estas naciones, cerca del 20% de la población total sufre alguna discapacidad y, si se toma en cuenta el impacto que esto tiene en sus familias, resulta que cerca del 50% de la pobla-ción se encuentra afectada. Por esta razón, señala la ONU, urge que este grupo se inserte en las actividades normales para ocuparlos en los ámbitos productivos, e integrarlos ple-namente a la sociedad.
LAS BIBLIOTECAS Y LOS DISCAPACITADOS.
En la actualidad, cualquier tipo de biblioteca debería contar con las condiciones míni-mas que le permitan cumplir con sus funciones adecuadamente. Los aspectos sobre el edificio, mobiliario, y colecciones deben estar a la altura de las necesidades del público al que están dirigidas. Se dice entonces que una biblioteca debe ser confortable, cómoda e iluminada. Sin embargo, las necesidades de los minusválidos poco o nada son tomadas en consideración.
Los derechos civiles y humanos de los discapacitados establecen que las naciones de-berían proteger e incrementar los derechos de sus ciudadanos discapacitados a través de disposiciones constitucionales, que afirmen la dignidad de cada persona y su derecho a tratamiento y acceso a los servicios, sin importar el grado de desarrollo económico del país. Además recomienda que no se debe privar a las personas discapacitadas de ejercer los mismos derechos que el resto de los ciudadanos.
Su integración en la vida de la sociedad debe promoverse y apoyarse mediante legisla-ciones que garanticen el acceso a instalaciones y servicios, entre otros:
• Edificios públicos y a lugares de trabajo.
• Calles y aceras.
• Transportes públicos.
• Vivienda, respetando las normas de accesibilidad arquitectónica.
• De perros guías en lugares públicos.
• Atención sanitaria.

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