involucradas las propias personas discapacitadas, con el objeto de insertarlos en todos los ámbitos de sus respectivas sociedades8.
Al parecer, la pobreza y subdesarrollo de ciertas naciones lleva consigo la mayor carga de discapacitados, pues Hegarty9 señala que para 1994, aproximadamente el 80% de los 200 millones de niños en el mundo, sufren alguna discapacidad y, menos del 2% de ellos reciben algún tipo de servicios especiales. Esta condición se ve agravada por las guerras y devastaciones que han dejado un costo social, económico y moral muy alto, tanto para los discapacitados, como para la sociedad que les rodea.
Las Naciones Unidas10 por su parte reporta que existen cerca de 500 millones de per-sonas que padecen alguna discapacidad en el mundo, esto es, un 10% de la población global y de estos, casi las dos terceras partes viven en países en desarrollo. En algunas de estas naciones, cerca del 20% de la población total sufre alguna discapacidad y, si se toma en cuenta el impacto que esto tiene en sus familias, resulta que cerca del 50% de la pobla-ción se encuentra afectada. Por esta razón, señala la ONU, urge que este grupo se inserte en las actividades normales para ocuparlos en los ámbitos productivos, e integrarlos ple-namente a la sociedad.
LAS BIBLIOTECAS Y LOS DISCAPACITADOS.
En la actualidad, cualquier tipo de biblioteca debería contar con las condiciones míni-mas que le permitan cumplir con sus funciones adecuadamente. Los aspectos sobre el edificio, mobiliario, y colecciones deben estar a la altura de las necesidades del público al que están dirigidas. Se dice entonces que una biblioteca debe ser confortable, cómoda e iluminada. Sin embargo, las necesidades de los minusválidos poco o nada son tomadas en consideración.
Los derechos civiles y humanos de los discapacitados establecen que las naciones de-berían proteger e incrementar los derechos de sus ciudadanos discapacitados a través de disposiciones constitucionales, que afirmen la dignidad de cada persona y su derecho a tratamiento y acceso a los servicios, sin importar el grado de desarrollo económico del país. Además recomienda que no se debe privar a las personas discapacitadas de ejercer los mismos derechos que el resto de los ciudadanos.
Su integración en la vida de la sociedad debe promoverse y apoyarse mediante legisla-ciones que garanticen el acceso a instalaciones y servicios, entre otros:
• Edificios públicos y a lugares de trabajo.
• Calles y aceras.
• Transportes públicos.
• Vivienda, respetando las normas de accesibilidad arquitectónica.
• De perros guías en lugares públicos.
• Atención sanitaria.
Al parecer, la pobreza y subdesarrollo de ciertas naciones lleva consigo la mayor carga de discapacitados, pues Hegarty9 señala que para 1994, aproximadamente el 80% de los 200 millones de niños en el mundo, sufren alguna discapacidad y, menos del 2% de ellos reciben algún tipo de servicios especiales. Esta condición se ve agravada por las guerras y devastaciones que han dejado un costo social, económico y moral muy alto, tanto para los discapacitados, como para la sociedad que les rodea.
Las Naciones Unidas10 por su parte reporta que existen cerca de 500 millones de per-sonas que padecen alguna discapacidad en el mundo, esto es, un 10% de la población global y de estos, casi las dos terceras partes viven en países en desarrollo. En algunas de estas naciones, cerca del 20% de la población total sufre alguna discapacidad y, si se toma en cuenta el impacto que esto tiene en sus familias, resulta que cerca del 50% de la pobla-ción se encuentra afectada. Por esta razón, señala la ONU, urge que este grupo se inserte en las actividades normales para ocuparlos en los ámbitos productivos, e integrarlos ple-namente a la sociedad.
LAS BIBLIOTECAS Y LOS DISCAPACITADOS.
En la actualidad, cualquier tipo de biblioteca debería contar con las condiciones míni-mas que le permitan cumplir con sus funciones adecuadamente. Los aspectos sobre el edificio, mobiliario, y colecciones deben estar a la altura de las necesidades del público al que están dirigidas. Se dice entonces que una biblioteca debe ser confortable, cómoda e iluminada. Sin embargo, las necesidades de los minusválidos poco o nada son tomadas en consideración.
Los derechos civiles y humanos de los discapacitados establecen que las naciones de-berían proteger e incrementar los derechos de sus ciudadanos discapacitados a través de disposiciones constitucionales, que afirmen la dignidad de cada persona y su derecho a tratamiento y acceso a los servicios, sin importar el grado de desarrollo económico del país. Además recomienda que no se debe privar a las personas discapacitadas de ejercer los mismos derechos que el resto de los ciudadanos.
Su integración en la vida de la sociedad debe promoverse y apoyarse mediante legisla-ciones que garanticen el acceso a instalaciones y servicios, entre otros:
• Edificios públicos y a lugares de trabajo.
• Calles y aceras.
• Transportes públicos.
• Vivienda, respetando las normas de accesibilidad arquitectónica.
• De perros guías en lugares públicos.
• Atención sanitaria.
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